Podemos encontrar muchas definiciones, pero en resumen podemos decir que es un almacén para las claves públicas y privadas de nuestros wallets. De hecho podríamos decir que un wallet de papel, donde anotaríamos nuestras claves es un hardware wallet, quizás el más primitivo.
¿Qué le pedimos a un Hardware wallet?
Desde nuestro punto de vista (y con este objetivo creamos HASHWallet) debe ser ágil en su uso, de forma que nos permita usarlo igual que un wallet software. Pero también debe solucionarnos problemas que no son diarios, como por ejemplo:
- Ser capaces de recuperarlo si perdemos acceso a él.
- Permitir a nuestros seres queridos acceder a los fondos en caso de fallecimiento pero, sin permitir acceso a nadie mientras estemos al cargo de nuestras finanzas.
Esto se refiere a la usabilidad, pero también ha de ser robusto y fiable, asegurando que las evoluciones en su funcionalidad no puedan crear agujeros de seguridad que no existían en un principio. Cuanto más complejo es un sistema, y las "mejoras" suelen complicar los diseños, es más probable que tenga agujeros de seguridad. Por ese motivo diseñamos HASHWallet de forma que no pueda ser actualizado. De esta forma, una auditoría del código será válida para siempre. En resumen, le pedimos a un hardware wallet:
- Que sea ágil en su uso diario.
- Simplicidad para la recuperación y en caso de herencia.
- Seguridad para siempre.